En el momento en que salí del vientre de mi madre, lloré. Ahora, después de terminar “Iconophobic” sé por qué. Ese vacío profundo era una realidad que he perdido. He seguido algunos acordes con la esperanza de que conduzcan al cordón umbilical.

He usado guitarras estridentes, instrumentos clásicos, compases electrónicos y hasta efectos sonoros para refunfuñar, llorar las penas, lamentarme y regocigarme muchas, muchas veces.

Este álbum es un álbum conceptual sobre el miedo al mundo de las imágenes. No sé si es realmente un problema psicológico, pero me gustó la idea de alienación patológica hacia las imágenes, los íconos y la realidad en general. El diseño de la tapa de Iconophobic contiene un pasaje en forma de un círculo en el que dice lo siguiente:

“¡Ay que el hombre era libre … cuando no había imagen!
¡Ay que la imagen se convirtió en un medio … para alterar la realidad!
¡Ay que la realidad … es en sí misma, un imaginario hecho por el hombre!”